jueves, 2 de abril de 2015

Madrugadas (cuando Matias supo que se debia algunas cosas)



El tiempo sucedía, el mundo quizás guiraba a toda velocidad, mi cuerpo cansado y la noche, un alma abrazada a mis sueños. El taxista no preguntaba, tan solo miraba fijo hacia sus adentros, el tendría sus mambos, sus corazones rotos y sus anhelos esperándole en su hogar. Yo tenía el rosto estampado en la ventanila y mi brazo extendido hacia ella, abrigandola del mundo. En la radio sonaba "looking for a sing" de Beck, el tiempo siempre me ha jugado, el tiempo y las señales han dado vueltas en mi, las ruedas del viejo Fiat Palio, giraban a todo lo que daba. La ruta, esa delgada línea se desdibujaba en cada segundo que el el auto avanzaba. Ella soñaba, yo me dejaba absorber por el asiento y deje caer mi cabeza fuera del resguardo y pude ver por el vidrio trasero, como la luna nos observaba, viajar era, en ese momento, la forma más sincera de compartir un suspiro de vida.



Otra noche, había sufrido, otra noche, las cosas sucedían de otra manera, mis pies habían caído en la cuenta que ya no tendrían compañeros y yo no comprendía nada, esa noche, años antes, muchos años antes, el taxista, que tampoco quería ser cómplice de nada, nos dejó y en ese instante dar la vuelta de página era lo mejor para ambos, esa noche, amanecía en cada lágrima, y en mi mente, sonaba "looser" de Beck. Un hombre hablaba del amor, esta vez, la noche me llebaba a la cama de un amigo, en busca de su oído y su silencio, las madrugadas han echo pedazos de mi vida, las noches son quizás, los lugares en comun con los sueños de mis escritores preferidos.Aquellas caricias que me han dado, abrazos en lugares lejanos, niebla, frío, calor, viento, suspiros, y miles de kilómetros, sueños de mis vidas pasadas.
En el ejercicio de la equivocación me he lucido y cada acorde de guitarra habla quizás más que mis palabras, porque quizás me falte una maquina de escribir y un par de años, quizás este equivocado en el camino que intento encontrar, quizás miles de ojos vuelvan a leer palabras de mis manos, y cuando esté sentado junto a un futuro, años después, en dirección al provenir, sea ahi, quizás cuando sepa que mis manos no estaban equivocadas en abrazarte...

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