lunes, 28 de abril de 2014

El viejo

Creo que no aprenderé mas, que los errores los arrastrare hasta las últimas consecuencias. Siento que me estoy ahogando en este lugar, que cada parte de mí se va deteriorando de una manera acelerada. Tengo que dejarlo todo, no sirvo para esto, debo partir, escaparme, romper ese cristal que me rodea y me separa de cada oportunidad.
A veces veo en el espejo el rostro de ese niño que fui, esa infancia de pantalones rotos en las rodillas y siento cierta nostalgia, él era un soñador, un impulsivo, y yo? Y yo donde he quedado?
He vuelto a la madrugada en algún que otro colectivo a la madrugada, con pedazos de mi corazón en mis bolsillos rogando que al llegar todo se pudiera solucionar con algún pegamento. Pero el corazón no funciona así, siempre que se rompe y uno lo vuelve a pegar, nunca vuelve a quedar igual.
He amanecido en camas ajenas con resaca y un sabor amargo en la boca, intentando escapar de ahí sin despertar a la otra persona. Recuerdo que el viejo me decía mientras me cebaba un mate y mirábamos al campo, “pibe, la única razón por la que los arboles más altos del monte son los más altos, es porque han resistido todo tipo de tormentas y climas, vos pibe tenes que tomar al vida así. Todo te va a servir, cuanto más duela, más grato será verlo a la distancia. Hoy el campo esta calmo, la época de cosecha ha terminado, y tu mi hijo, tendrás que entender que todo en la vida se mueve en ciclos, y no siempre los ciclos de la historia serán los mismos que los tuyos, un día despertaras y sentirás que has crecido; así que relájate, equivócate, que para enmendar hay toda una vida por delante”

El viejo siempre tenía las palabras justas, el sabía todo lo que me pasaba en el instante en que me cebaba el primer mate, al caer el atardecer aquellos arboles más altos traían una suave brisa, y creo que de eso hablaba el viejo, aquellos viejos e inmensos arboles no castigaban, solo dejaban pasar una suave brisa que era la mínima y necesaria para arrojar sus semillas. Todo era calmo, todo merecía en ese instante la posibilidad de ser completamente eterno.

viernes, 18 de abril de 2014

Desprolijo y con errores

Abro los ojos, no recuerdo lo mejor que he hecho en mi corta vida. No recuerdo nada, a decir verdad. A veces la memoria me juega ciertas malas pasadas, siento que las hojas de este otoño han dejado a este triste árbol ya bastante débil. He recordado unas palabras, hoy estoy algo ebrio. Siento que lo que escribo no tiene sentido, estoy dando vueltas en la nada misma, esta cerveza todavía atraviesa mis venas, y mi corazón se ha acostumbrado a latir al mismo ritmo para cada situación. Antes, él se precipitaba mucho, pero con los años supo que todo es lo mismo. O por lo menos eso me hace creer, es que hace tanto tiempo que nada vale la pena, que lo único que lo precipita son esos instantes en que voy a toda velocidad dentro de una rampa con mi skate. Tendré que dejar de invadir cuerpos ajenos para no sentirme vacío. Hace dos días ha muerto el Gabo, siento que lo voy a extrañar, siento que el sintió lo que yo siento en este momento de mi vida, he visto indicios en sus palabras, solo que hoy es más difícil hacer algo tan grande como él lo ha hecho, Lei en el diario que la NASA ha descubierto un planeta similar a la tierra, quizás en otro universo hay un chico como yo, medio ebrio escribiendo, quizás ahí el gabo esta naciendo, quizás ahí habre editado mi novela. Extraño esas sensaciones, extraño mirar con anhelo los amaneceres.

Algún día, abriré los ojos, algún día, podré respirar aire fresco de nuevo, algún día leeré mis palabras escritas por las manos de otro. Siento que el sendero se está por dividir y no me queda mucho tiempo para elegir cual camino tomar. Siento, que me alejo, siento que estoy mirando todo fuera de foco. Me iré, y luego volveré convertido en eso que siempre quise ser, en eso que mis letras necesitan…