Abro los ojos, no recuerdo lo mejor que he hecho en
mi corta vida. No recuerdo nada, a decir verdad. A veces la memoria me juega
ciertas malas pasadas, siento que las hojas de este otoño han dejado a este
triste árbol ya bastante débil. He recordado unas palabras, hoy estoy algo
ebrio. Siento que lo que escribo no tiene sentido, estoy dando vueltas en la
nada misma, esta cerveza todavía atraviesa mis venas, y mi corazón se ha
acostumbrado a latir al mismo ritmo para cada situación. Antes, él se
precipitaba mucho, pero con los años supo que todo es lo mismo. O por lo menos
eso me hace creer, es que hace tanto tiempo que nada vale la pena, que lo único
que lo precipita son esos instantes en que voy a toda velocidad dentro de una
rampa con mi skate. Tendré que dejar de invadir cuerpos ajenos para no sentirme
vacío. Hace dos días ha muerto el Gabo, siento que lo voy a extrañar, siento
que el sintió lo que yo siento en este momento de mi vida, he visto indicios en
sus palabras, solo que hoy es más difícil hacer algo tan grande como él lo ha
hecho, Lei en el diario que la NASA ha descubierto un planeta similar a la tierra,
quizás en otro universo hay un chico como yo, medio ebrio escribiendo, quizás ahí
el gabo esta naciendo, quizás ahí habre editado mi novela. Extraño esas sensaciones,
extraño mirar con anhelo los amaneceres.
Algún día, abriré los ojos, algún día, podré
respirar aire fresco de nuevo, algún día leeré mis palabras escritas por las
manos de otro. Siento que el sendero se está por dividir y no me queda mucho
tiempo para elegir cual camino tomar. Siento, que me alejo, siento que estoy
mirando todo fuera de foco. Me iré, y luego volveré convertido en eso que
siempre quise ser, en eso que mis letras necesitan…
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