Estaba Matías tan tranquilo en sus cuestiones existenciales
aquel primer día de clases, cuando finalmente la vio entrar y en ese momento se
le fueron a la mierda sus dudas, porque ella, era despampanante, tenía algo que
lo atraía con locura, desde el primer momento en que la vio, había tantas
mujeres en el aula pero a él lo deslumbro ella.
No sabía cómo hablarle o como llamar la atención para que
ella se fijara en él. Pero este no era un gran problema para Matías ya que él
estaba de novio y no le interesaba en lo mínimo ser un galán dentro de su
carrera, aunque siempre la miraba, día a día la miraba y no sabía cómo
atraerla, con el correr de los días Matías se iba fijando mas en ella, hasta
que un día consiguió hablarle, accidentalmente, como quien quiere la ocasión
pero se hace el indiferente, el se había perdido un apunte y aprovecho la
ocasión para hablarle y preguntarle su nombre.
-Clara me llamo, le respondió ella, con una sonrisa muy
amigable.
-Matías, un gusto!
Y así empezó de a poco a saludarla día a día, semana a
semana iba teniendo algunas charlas, se juntaba a hacer trabajos prácticos con
ella, de a poco se iba enamorando. Pero había un gran problema, Matías seguía
de novio, y el no tenía ninguna excusa para hacer lo que estaba haciendo, el
estaba muy enamorado de su novia, pero esta chica lo estaba atrayendo
demasiado. A veces el amor es así, tira su flecha dos veces a una misma persona
y genera conflictos, y en definitiva esto le pasaba a Matías, estaba
enamorándose de otra persona mientras amaba a su novia.
Un viernes coincidieron entre compañeros de su clase en ir a
tomar algo a un bar que quedaba a la vuelta de su facultad, Matías no tenía
nada que hacer ese viernes y clara por lo visto también, así q fueron todos al
bar, la noche empezó muy tranquila y con el correr de las horas se fueron yendo
de a poco todos con una borrachera que prefirieron no recordar, Matías quedo
ultimo con clara, y ahí tuvo la oportunidad de poder conocerla un poco, ella sabía
que el tenia novia, y el sabia que ella lo sabía, así que fue muy cauteloso en
el uso de sus palabras. Hablaron de diversos temas, hablaron del amor, de
libros, de música y de cosas que le gustaría hacer a cada uno, Matías se iba fascinando
cada vez más en el parecido que tenia ella con él y en la cantidad de cosas que
coincidía, pero a su vez pensaba en su novia, en lo que la amaba y en que no
debía actuar de esa manera.
Pero el tiempo hiso de las suyas y Matías empezó a atraerle
a clara y en la charla empezó a haber un tinte de seducción de parte de ambos.
Eran las 5 am y cada uno tenía que partir a su hogar, salieron del bar y Matías
la acompaño a la parada y mientras ella esperaba el colectivo Matías la beso,
fue un segundo, pero sintió como en su cuerpo todo se estremecía y como su
corazón empezaba a latir más fuerte, ella respondió muy suavemente al beso pero
luego se aparto. Subió al colectivo y se alejo con el último vestigio de
fidelidad de Matías, en ese colectivo de la línea 26 se iba el amor que tenia Matías
por su novia, se iba todo y también se iba el amor que llegaba, y el que lo
tendría semanas con la cabeza en las nubes.
Matías fue a tomar su colectivo y en el viaje de vuelta
empezó a pensar y a cuestionarse sobre el amor, y que era realmente lo que
estaba pasando. Estaba sentado en los asientos para dos personas ya que no
había nadie en el colectivo a esa hora y podía darse el gusto de sentarse en un
asiento para dos y no compartirlo con nadie. Viajaba con la ventanilla abierta
y se ve que el viento empezó a pegarle mal y el alcohol surtió efecto en su
persona.
Una fuerte hybris empezó a emerger de su interior, y empezó
a maldecir al amor; maldito eres amor, maldito donde andas tirando flechas que
viniste a pegarle dos a la misma persona? Maldito ebrio amor, te odio porque me
has inducido a la infidelidad, demasiado tengo con un amor, como para que me
vengas a flecharme con otro, que será de mi?, que será de lo que creía que
estaba bien?, quien defenderá mi causa si nadie me entendería?... en el momento
en que Matías seguía maldiciendo, un gordo señor de actitud grotesca, con una
remera blanca con una estampa que decía DON AMOR en su pecho, medio pelado y
sin dientes, y con un pantalón jaspeado de corderoy marrón, DON AMOR, o como se
llamase le dijo al oírlo maldecir tanto.
-¿Quién te crees tú para cuestionar al amor?
Matías lo miro con un aire sobrador, de pies a cabeza y con
un aire irónico le dijo:
-y a ti que te importa gordo asqueroso, ¿quien sos vos para
cuestionar mis cuestiones?
-yo soy Cupido, o lo que quedo de él, como veras el tiempo
no fue generoso conmigo, ni la gente, en este planeta no están preparados para
semejante pureza, el amor es eso, pureza y no mariposas en el estomago manga de
ignorantes!
- ¿así que vos sos Cupido? Le dijo Matías mirándolo con un
aire irónico
- y a ver decime si sos realmente Cupido, ¿Por qué hay tanta
gente sufriendo por amor y vos andas haciéndote el filosófico en un colectivo
de la línea 37?
-mira pibe, yo ya tengo muchos años y estoy bastante
cansado, yo antes hacia las cosas de corazón, pero valla a saber uno porque me
mandaron a la argentina, el país más desagradecido al amor que existe, acá
todos se cagan, desde Gardel, yo vi pasar a románticos de gran talla por mi
arco, pero acá el argentino está acostumbrado a desvalorizar lo que tiene al
lado, y cambia de amor, como cambia de ropa, yo gaste muchas flechas al pedo si
el argentino es sufridor por naturaleza, le gusta sufrir y hacer sufrir, y con
esta crisis pibe ya no tengo tanta puntería y tantas flechas para gastar, y me aparecí
al lado tuyo porque siento que tengo la obligación de darte una mano, o por lo
menos pedirte perdón. Yo te tire dos flechas sin querer, perdóname querido es
lo único que puedo hacer por vos, pedirte perdón.
-supongamos que lo que decís es verdad y que sos Cupido,
¿Por qué mierda me venís a pegar dos veces? ¿Ahora yo que hago?, no me vengas
que lo único que podes hacer es pedirme perdón. Alguna solución me tenes que
dar, yo me enamore de una persona cuando yo ya estaba enamorado de otra. ¿No se
puede sacar una flecha de las dos?
-me temo que no…
-¿vos me estas cargando?
-no, es la pura verdad. Una vez que la flecha sale de mi
arco y atraviesa el corazón de una persona nada puede sacarla. Lo que pasa es
que vos justo te cruzaste en mi camino ese día, y estabas de espalda, me
sobraba una flecha y estaba medio pasado de copas, y no pensé y tire, ¿o acaso
uno no se puede equivocar?, errar es humano eso está claro, pero acertar dos
veces en un mismo blanco, eso sí es obra divina, una mala leche divina tengo
yo, ah y perdona mi lenguaje viejo, es que el argentino es tan dañino para los
demás que les deforma el idioma, yo vine hablando un romancero impecable y termine
hablando lunfardo en la década del 20, yo me había hecho muy amigo de Carlitos,
y nuestra amistad surgió porque él se avivo cuando yo lo estaba por flechar y
se corrió justo cuando largue la flecha y me dijo, vos a mi no me vas a pegar con tus flechas, yo me enamoro de quien
quiero y me desenamoro cuando quiero! Y bueno desde ese momento cada vez
que lo iba a flechar el me esquivaba e iba actuando de Cupido sobre mi flecha
porque cada vez que le erraba a él la persona que estaba a su lado era víctima
de mi flecha, así que con el correr de los años desistí y una noche en el bar El Progreso del barrio de Barracas
hable con él y llegamos a un acuerdo, el me regalaría las mejores canciones de
su vida y yo no lo flecharía, y así fuimos teniendo una linda amistad, hasta
aquel maldito lunes de 1935 cuando Carlos tubo ese accidente aéreo en Colombia
y el dejo este mundo para irse a otro lugar a seguir cantando.
El era mi único amigo, pibe es triste hasta para Cupido
perder un amigo (Cupido se volvió completamente humano y débil
frente a la mirada de Matías, sus rasgos de hombre cansado, que ha vivido mucho
y sufrido demasiado salieron a relucir en ese momento)
-¿vos estuviste enamorado alguna vez? Le pregunto Matías con
un aire de respeto, en ese momento Matías sabia que realmente ese hombre no le mentía.
-no pibe, uno no puede probar lo que fomenta y lo que vende,
yo vine acá a enamorar al mundo y a mí nadie me enamoro…
-lo siento mucho. Dijo Matías y ya se había olvidado de su infortunio,
realmente el sentía pena por ese pobre hombre, o lo que fuese.
-no pasa nada pibe quédate tranquilo que a mí los años ya me
pesan demasiado como para preocuparme por eso. A veces uno está cansado, ¿como
no queres que andén tantos desenamorados sueltos si soy el único que puede
hacer lo posible para que eso se revierta?
Tenes razón en estar enojado Matías, pero es la primera vez
que me equivoco y por eso sentí la obligación de venir a decírtelo, después de
la muerte de Carlitos se me fueron las ganas de charlar con las personas. Pero
lo tuyo es una ocasión especial, así que te pido perdón, y el único consejo que
te puedo dar es que hagas lo que te dicta tu corazón que mal he flechado yo a
la segunda vez, o capas que bien, pensá en eso, el tiempo ayuda pibe, y capas
que yo le pegue mal en la primera y bien en la segunda, averígualo vos, eso
solo te puedo decir, mas información no te puedo dar.
-espera… dijo Matías
y Cupido a había desaparecido y él se había pasado de la estación de Lanús.
El se quedo con más preguntas que respuestas, uno nunca sabe
cuando la vida lo va a sorprender de esta manera, nadie le creería que el mismo
Cupido se le había aparecido, nadie le creería nada a un ebrio enamorado. Llego
a su casa y se acostó,
Cuando se despertó su
novia estaba allí esperándolo para almorzar, se había olvidado de que había
arreglado que ella venia a almorzar el sábado al medio día.
-hola amor. Le dijo ella en un tono muy tierno, y Matías que
sentía que la cabeza se le explotaba por la resaca que tenia, le respondió con
una vos gruesa y gastada.
-hola bonita, ¿como estas?
-bien ¿y vos? ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue ayer con tus
compañeros?
Y en ese momento a Matías le empezaron a proyectársele
imágenes de la noche anterior, y del beso con clara, y de la charla con ese
extraño hombre que decía ser Cupido.
-bien, bien. Estuvo lindo, me cague de risa.
-que bueno! Dijo ella y le dijo que se levantara que ya era
la hora de almorzar.
Matías se levanto lavo su cara, los dientes y se dijo que tenía
que tomar una decisión, estaba pensando en clara, en el beso que le había dado.
Se sentó en la mesa, almorzó y le dijo a su novia que tenia sueño que si podían
dormir la siesta, ella dijo que si sin ningún problema y se acostaron. Se
despertaron alrededor de las 6pm y merendaron, el estaba muy callado y por
suerte ella estaba media dormida como para preguntarle si le pasaba algo.
Merendaron y a las 8pm decidió acompañarla a su casa,
tomaron un colectivo y a la hora y media ya estaban en su casa, aprovecho que
estaban los padres de ella así que se puso a hablar con su madre sobre libros y
así no tuvo que estar con su novia y sentirse con la obligación de decirle que
algo andaba mal en el. Con el correr de las horas terminaron ellos solos en el
cuarto de ella y en un momento ella notó que él estaba raro y le pregunto:
-¿Qué te pasa Matías? , estas raro
-nada me pasa Laura, nada, estoy cansado, nada más.
- a mi me parece que no, que algo ocultas estuviste todo el día
raro, nunca hablas con mi vieja y hoy estuviste más de dos horas hablándole de
libros.
-si siempre hablo con tu vieja, es la única que lee en tu
familia, no me pasa nada, no busques problemas donde no los hay.
-yo no busco problemas Matías, pero se nota que estas raro,
¿me vas a decir o te vas a quedar de espaldas haciéndote el que estas cansado?
-es al pedo que te lo diga, si no me vas a entender y
tampoco me vas a creer.
-como no te voy a creer y no te voy a entender amor,
contame, dale no seas malo, estoy para ayudarte (ella sabia el gran defecto de Matías,
que cedía bajo presión y terminaba contando todo)
-bueno te voy a contar, pero no te enojes, no es mi culpa. A
ver ¿como empezar? , estoy enamorado de vos y de otra persona a la misma ves,
ayer la bese y sinceramente sentí lo mismo que siento con vos, me enamore Laura,
aunque no me entiendas, y después cuando volvía a casa en el colectivo, se me
apareció Cupido, y me dijo que había cometido un error y que me había flechado
dos veces, y que no podía hacer nada al respecto.
-¿vos te crees que yo me voy a creer eso de Cupido? ¿Me
engañaste Matías, vos me estas cargando? Decime que no es verdad Matías, Matías
háblame, decime que es un chiste Matías.
-lamentablemente es verdad Laura, pero yo te amo.
-que me vas a amar, si me acabas de decir que estuviste con
otra piba y encima me decís que se te apareció Cupido, no tenés cara, ándate de
acá, no te quiero ver.
-yo te dije que no lo ibas a entender, perdón.
-ándate Matías, no te quiero ver más.
Y Matías salió por la puerta de la casa de Laura, esa
madrugada del domingo sin rumbo, se fue con lagrimas en los ojos, tomo el
colectivo de regreso a su casa y deseando que Cupido apareciera volvió a
sentarse en un asiento para dos, pero no tuvo suerte, Cupido ya no estaba de su
lado, el ya había tomado una decisión y tenía que seguir su vida en base a ese
error.
Llego a su casa devastado se acostó a dormir pensando en
clara y en Laura, en clara y en Laura, ellas dos le daban vueltas en la cabeza
hasta que logro conciliar el sueño. Soñó que tenía 80 años y le contaba a su nieto
sobre la vez que Cupido se le había aparecido en el colectivo. El sueño era tan
real, que creyó que era verdad, pero no podía recordar que era lo que pasaba
luego, en el sueño le contaba a su nieto lo de Cupido y luego todo se tornaba
difuso y borroso y otras imágenes se sumergían en el.
Despertó con la necesidad de ver a clara, se acordó de esa
hoja que hicieron circular todos a principio de año en el aula, donde estaban
los nombres de cada uno y sus respectivos teléfonos, busco la hoja, encontró su
número y la llamo.
-¿hola? ¿Quién habla? Dijo ella por el otro lado del
teléfono, con esa voz que lo seducía tanto a él.
-soy Matías…
-ah, hola, ¿como estas?
-bien, perdona que te llame, pero no me aguantaba, saque tu
numero de esa hoja en la que anotamos nuestros nombres con los números de
teléfono a principio de año.
-ahh, esa hoja, ya me había olvidado, no hay problema, soy
bastante colgada en ese sentido y me olvido de las cosas.
-emmm, te llamaba para decirte si nos podíamos ver hoy ¿un
rato?
-mmmm, déjame pensar, (no se oía nada del otro lado del
teléfono, se ve que ella estaba pensándolo de enserio), dale! ¿A qué hora?
-genial, tipo 6 de la tarde ¿te parece?
.sí, pero ¿en dónde?
. No sé, por caballito, ¿te parece, ahí en parque
centenario?
-dale, bueno nos vemos ahí entonces.
-chau, beso
-besito, hasta más tarde.
Ella corto el teléfono y el estaba más que contento, se levanto, se
baño y arranco para capital, iba en busca de su destino, iba a ver si Cupido le
había acertado de enserio en esta flecha o si solo era un efecto de la
borrachera esa aparición. Tomo el colectivo 112 en la estación de Lanús y en el
viaje de ida no dejo de pensar en las ganas de besarla que tenia, y de decirle
que ella podría llegar a ser el amor de su vida, bajo del colectivo y camino
unos metros por el parque y ahí estaba ella esperándolo, tan bella como
siempre, con un vestido floreado y una mirada entre ansiosa y distraída se
desprendida de su mirada, era una hermosa tarde de primavera y Matías tenía
todas las de ganar en este día. El viento traía un perfume hermoso y era el
momento perfecto para comenzar una nueva historia.
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