Apreté los
dientes para no disparar más palabras, la mire…
“Siempre
lo mismo con vos” le dije. Ella me miro siguió
hundida en sus pensamientos. Siempre fue difícil descifrar donde estaba cuando
ella se metía para adentro, que mares navegaría en lo profundo de su mente. Que
difícil que era lidiar con ella.
Nunca podremos
entendernos, estamos en otra sintonía, los meses pasan y el tiempo hace su trabajo, no se bien si
escribo por ella o para ella. No me importa que lo que escriba no tenga sentido, esa maldita sensación de vivir con un vacío
en el pecho vuelve a surguir desde mi interior.
Hoy no
estoy para nadie, no estoy para nada, no quiero que me entiendan y no pretendo
deslumbrar a nadie, esta puta acidez que me recuerda que uno nunca se termina
de curar del todo de cada cosa que le pasa. Es imposible escapar a las metáforas,
es imposible también no ser un idiota en algunos momentos.
Que fácil
que es tropezar dos veces con la misma piedra, somos muy imperfectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario