Los recuerdos me invaden, tanto tiempo, tantas
cosas, y esa maldita manera de valorar el pasado. Cerrar los ojos y verte, pero
verte sin rostro, ese es el primer síntoma
del olvido, cuando uno empieza a olvidar, lo primero que desaparece y se
distorsiona es el rostro de esa persona. Luego sus detalles, esos que lo hacían
imprescindible. Luego volver a olvidar y recordar de a momentos que esa persona
te enamoro, la memoria funciona así, primero elimina su rostro y luego elimina
el primer momento en que te enamoraste de ella, todo lo demás queda dando
vueltas en la memoria y es imposible que uno no se confunda cuando anda
caminando solo, y piense que el amor era algo especial pero tan lejano ahora. Tan
lejano que el futuro se nos viene encima y es imposible disfrutarlo.
Recuerdo momentos, recuerdo escribirte las cosas más
sinceras desde mi interior y recuerdo que no lo podías ver, mis ojos se
humedecen y esto se convierte en una posible ruptura, pero uno disfruta del
dolor, nos recuerda que estamos vivos y que si podemos sufrir por un viejo
amor, podremos enfrentarnos al mundo, podremos mirar el paisaje más lindo y no
temer a decir que es hermoso, o llorar con un libro, o una película, a diferenciar
la belleza de una flor a una rosa con espinas. Uno prefiere el recuerdo, porque
es ahí donde conviven los momentos más lindos, pero hay que mirar adelante,
donde hay gente que ya no está, pero lo bueno del camino es que siempre uno se
encuentra a otro par en alguna que otra vuelta. Y como una mañana lo comprobé,
los caminos suelen empezar muy cerca de donde van a terminar, aquella mañana no
lo entendía, aquella noche tampoco, pero yo siempre fui de hacer las cosas al revés,
arranque el amor de noche y el término conmigo de día. Camine en amabas ocasiones
hacia el rio, ese lugar donde las lágrimas podían ser liberadas sin temor.
No sé a dónde voy con estas palabras, solo sé que
quiero despegarme de ellas, solo sé que no reniego del pasado, pero lo padezco.
Solo sé que una noche te vi diferente y una mañana te vi igual a todas, esa
mañana volví con el corazón entre mis manos, esa mañana hable con un remisero,
hable con el viento y todavía no logro entender
como todo paso. No te escribo a vos, no te confundas, me escribo a mí y
a la imagen que creé de ti en mi memoria, de ella me enamore, y de ella me
tengo que desenamorar, de ella tengo que huir, de ella tengo que lograr aunque sea
por un instante volver a sentirme diferente para poder caminar a la par…
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