jueves, 12 de agosto de 2010

Tiene tu nombre pero no lo puedo pronunciar

Cambiaron muchas cosas desde ayer, capas que además, tal vez y me gusta enredarte, mediante ciertos acertijos y te enredo como cuando yo me enriendo, en tu perlo cuando te veo y no te veo porque no estas acá al lado y nunca te vi. Pero si me pedís que te dibuje, te dibujaría tal cual sos, y no te extrañaría porque sos como un pétalo, pero con más perfume.
Y si con lo anterior no te alcanzo todavía puedo decirte cosas al oído y susurrarte un cuento que nunca escuchaste y que yo nunca leí, pero que inventaría sin problemas tan solo para verte sonreír.
Sabes que al conocerte descubrí que ya estabas, sos algo que estaba y te escabulliste entre cables y saliste por otro lado y luego te volviste a escabullir en una sonrisa, sobre cosas que decía que no llevaban a nada, y sobre palabras que guardaba en el bolsillo para algún día usar. Hoy las palabras surgen como antes pero ahora no quiero que paren.
Porque ahora tal vez tenga una clave, algo que me acerca y que esta lejos, y que siempre estuvo a unos metros de la puerta de mi casa, donde vos nunca caminaste, y donde te dieron el primer beso, y donde yo arruine todo, es como que el día que pinte un te amo en una pared, vos estabas en otro lado dando vueltas en tu cabeza porque alguien estaba esperando en la puerta de tu casa bajo la lluvia, con el amor escrito en el pecho.
Y vos no entiendes de esto, pero estas revolviendo y poniendo en marcha cosas que no usaba, y el temor es no recordar como usarlas.
Creo que si los tomates no fueran salsa, no podría decirte estas cosas y si en tu pelo no estuvieran esas cosas que yo pienso y si en tus ojos no estuviese esa mirada que me mira pero no la veo, estaría diciendo estas cosas contra una pared y pateando puertas equivocadas.
Por ahora prefiero que las cosas sigan así. Vos apareciste como aparecen los personajes en mis cuentos, fuiste una mezcla de vivencias entre calles y veredas, entre plazas y aleros, entre recuerdos y sombreros.
Como el día que robe la primera flor y después tenia las manos llenas de espinas, como el día en que dije que quería escribir un libro y luego lo olvide todo, porque ahora estoy volviendo a ser yo, y verdaderamente me siento raro, no sabría explicártelo.
Pero los segundos pasan y mi gramática empeora como el tiempo, y como el viento que esta afuera me trae tus perfumes; quizás al tenerte frente a mi se me caiga el mundo encima porque en realidad sos exactamente como te imagine.

jueves, 5 de agosto de 2010

Fragmento, de “crónica de los barrios empapados en cemento”

Tirado ahí en el parque mirando las estrellas, pensando si quiera en regresar al mundo.
El esta tirado con ella al lado, ambos callados, sin conocerse, en realidad se conocían muy poco, pero tal vez esa tarde se juntaron para ver si la casualidad le traía alguna sorpresa, sentían su cuerpo, cerca, pero ambos estaban en silencio, solo se escuchaban los colectivos que pasaban por la avenida paseo colon. Y a lo lejos, pero a la vez cerca el canto de unas cotorras que habitan en el parque ahí en lo alto, donde las palmeras acarician al cielo.
-es extraño como algo que este tan lejos nos intrigue tanto, dijo el mientras seguía mirando a las estrellas.
Ella se levanto apoyándose en las manos, le dio un beso y volvió a acostarse, lo beso como alguien que esta charlando en una merienda y hace una pausa para tomar un sorbo y luego seguir charlando, lo beso para poder seguir, para probarlo.
El siguió mirando al cielo esperando tal vez que ella nunca desapareciera de su lado, esperando que el rumor de la avenida se a fuera apagando, y que la noche empezara a aparecer lentamente. Y que la realidad entre en escena para poder devolverle un poco la cordura que perdió en ese beso.